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Multinacional transnacional
Una empresa transnacional es una empresa que se dedica a la producción internacional de bienes o servicios, a las inversiones extranjeras o a la gestión de ingresos y activos en más de un país. Instala fábricas en países en desarrollo, ya que la tierra y la mano de obra son más baratas allí.
Las empresas transnacionales comparten muchas cualidades con las empresas multinacionales, con la sutil diferencia de que las empresas multinacionales constan de una estructura de gestión centralizada, mientras que las empresas transnacionales suelen estar descentralizadas, con muchas bases en varios países en los que opera la empresa[1] Mientras que las empresas multinacionales tradicionales son empresas nacionales con filiales en el extranjero,[2] las empresas transnacionales extienden sus operaciones en muchos países para mantener altos niveles de capacidad de respuesta local[3].
Una empresa transnacional cuenta con importantes instalaciones, hace negocios en más de un país y no considera a ningún país en particular como su hogar corporativo. Una de las ventajas significativas de una empresa transnacional es que puede mantener un mayor grado de respuesta a los mercados locales en los que mantiene instalaciones[4].
Lista de empresas Tnc
ReferenciasDescargar referenciasAgradecimientosDamos las gracias a la Fundación Rockefeller y a la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Flinders por el apoyo prestado a la reunión de Bellagio, así como a Paula Lynch (Universidad de Flinders), cuyo apoyo administrativo fue vital para el éxito de la reunión. También queremos dar las gracias a todos los participantes de la sociedad civil y de las empresas por su contribución a los debates e ideas.
FB redactó el artículo basándose en los debates con todos los autores en una reunión celebrada en el Centro Bellagio de la Fundación Rockefeller, Italia, del 26 al 28 de mayo de 2015, y en un documento de referencia para la reunión preparado por JA, FB y MF. MF, DS, SF y JA hicieron comentarios críticos sobre un primer borrador del artículo. Un borrador del artículo se distribuyó a todos los autores que hicieron comentarios críticos sobre el contenido y todos aprobaron el borrador final.
Todos los autores declaran: apoyo financiero del Centro Bellagio de la Fundación Rockefeller para el trabajo presentado, FB y DS recibieron una subvención para conferencias y AS, DS, LL y CM recibieron ayuda para viajes; RL recibe apoyo a través del Programa de Cátedras de Investigación de Canadá; no tiene relaciones financieras con ninguna organización que pueda tener interés en el trabajo presentado en los tres años anteriores; no tiene otras relaciones o actividades que puedan parecer haber influido en el trabajo presentado.
Globalización positiva
Probablemente todos hemos oído hablar de empresas como Walmart, Amazon, Apple y Shell, y todas ellas son ejemplos de empresas transnacionales; de hecho, estas cuatro figuran entre las 10 principales empresas mundiales por ingresos en 2020. Es posible que nunca haya oído hablar de algunas de las otras porque no tienen una cara tan pública.
Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, se calcula que en 2007 había 77.000 empresas transnacionales en el mundo, que son los datos más recientes que he podido encontrar. Esta cifra casi se ha duplicado desde finales de los años 90, cuando había 37.000.
Según Oxfam, de los 100 mayores “recaudadores de ingresos” del mundo, 70 son empresas y sólo 30 son países o estados nación. Por ejemplo, BP es más grande que Finlandia, mientras que Chevron es más grande que Irlanda, y los ingresos anuales combinados de las 200 mayores ETN superan los del PIB de los 182 Estados nación que contienen el 80% de la población mundial.
Los críticos nos recuerdan que el PIB y los ingresos anuales miden cosas diferentes, por lo que estas cifras pueden no mostrar las diferencias reales de poder económico, pero dejando esto de lado, el poder económico relativo de las ETN ha crecido en relación con los Estados nación en las últimas décadas, y hoy las ETN ejercen mucho más poder económico que en el pasado.
Globalización
El estudio adopta ideas de los campos de la gestión y el derecho internacional para extraer sinergias de las concepciones particulares de la gobernanza empresarial, la responsabilidad social de las empresas y los derechos humanos internacionales. Los retos que plantea la gobernanza en los países en desarrollo para garantizar la responsabilidad de las empresas transnacionales se ilustran con la experiencia nigeriana de la reforma de la legislación de la industria petrolera.
Omoteso, K. y Yusuf, H. (2017), “Accountability of transnational corporations in the developing world: The case for an enforceable international mechanism”, critical perspectives on international business, Vol. 13 No. 1, pp. 54-71. https://doi.org/10.1108/cpoib-08-2014-0040
La rendición de cuentas de las empresas transnacionales (ETN) sigue siendo una cuestión de interés mundial (Frynas, 2010; Jamali, 2010b, p. 183). Existe una gran preocupación de que quienes están al frente de las ETN participen en una carrera hacia el fondo a través de la búsqueda despiadada del objetivo de maximización de beneficios (Kapstein, 1999). Otros sostienen que la responsabilidad social de las empresas (RSE) es totalmente compatible con la rentabilidad a largo plazo (Garriga y Mele′, 2004). La promulgación de notables códigos de gobierno corporativo (GC), como el Código Combinado del Reino Unido de 2006, ahora sustituido por el Código de Gobierno Corporativo del Reino Unido de 2012; la Ley Sarbanes-Oxley de EE.UU. de 2002; las normas, principios y directrices de GC defendidas por autoridades supranacionales como la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) y el Banco Mundial (van den Berghe, 2001) han hecho poco para garantizar la responsabilidad de las ETN a nivel mundial. Sin embargo, el dominio de las ETN en la esfera económica mundial continúa a buen ritmo. Los relatos recientes indican que los actuales fundamentos normativos de la GC y la RSC no están dirigidos a abordar los déficits y excesos de responsabilidad de las ETN. Esto es aún más cierto en el contexto de los países en desarrollo (Jamali, 2010a, 2010b) y en África en particular (Omoteso, 2011; Yusuf, 2008).